En cierta oportunidad un joven pobre caminaba por la calle y se acercó a un grupo de gente que rodeaba a un hombre de avanzada edad que hablaba en publico y sus palabras resultaban interesantes. Aquel hombre parecía sincero, pues su mirada, su hablar y sus gestos daban la impresión de saber mucho acerca de la vida.
El joven se puso delante del gentío y dirigiéndose al sabio le preguntó:
- Maestro ¿Por que soy pobre?
El sabio miro alrededor. Todos los allí presentes prestaron atención a la pregunta del joven esperando la repuesta del sabio, El hombre hizo una pausa y contesto:
- No eres pobre joven, solo eres esclavo del dinero.
El rostro de aquel joven expresaba desconcierto, lo mismo que las personas presentes. Luego el sabio añadió:
- En realidad, en realidad todos nosotros nacimos pobres y morimos pobres.
- ¿Y la gente rica? - protesto el joven.
- Incluso la gente gente rica - respondió el sabio. luego añadió - A pesar de que halla nacido en un hogar pudiente, un rico nace desnudo, sin ropas finas y sin joyas. Al morir de igual manera. Así lo sepulten rodeado de oro, joyas y pedras preciosas, nada podrá llevarse consigo.
- Pero el dinero es útil maestro, con ello podemos comprar cosas - Afirmó el joven mientras la gente que los rodeaba asentía con la cabeza.
- Lo que pasa es que todos están convencidos de la utilidad del dinero. Nacen, viven y mueren por el dinero.
Los espectadores se miraban unos a otros y aquel sabio continuó:
- Muchos trabajan duro, otros estudian para adquirir mas destrezas para desempeñar un trabajo que les permita adquirir mas dinero, otros emprenden una aventura en los negocios que si cumplen con ciertos requisitos, tendrán éxito de lo contrario caen y se quiebran. También los hay aquellos que rompen las reglas del juego del dinero hurtan, engañan o matan por el dinero.
- Es la ley de la vida maestro, unos ganan los otros pierden, es la ley del mas fuerte - volvió a interrumpir el joven.
Esta ultima afirmación pareció definitiva, pues era aceptada por todos los presentes, menos el sabio. Mirando a los presentes, y alzando la voz el sabio dijo.
- ¡Aun no he terminado señoras y señores! - y dirigiéndose al joven agregó - ¿La ley de la vida dices? Eso es lo que enseñaron en la escuela. Permíteme decirte, la escuela te forma para que seas un elemento del juego del dinero, eres el peón que permite darle valor al dinero; pero hay otros que solo establecen las reglas para el uso del dinero, otros que solo necesitan producir mas dinero. Mientras que nosotros trabajamos para producir de verdad y darle valor al dinero hay otros que solo necesitan reproducir mas dinero, lo imprimen, lo distribuyen y aunque hagas lo que hagas nunca podrás tener mas que ellos.
Algunas sonrisas se apreciaron en las caras de la gente, otros alejándose del tumulto prosiguieron su camino.
- Aun no estamos listos - agregó el sabio - pues son pocos los que se dan cuenta de lo que esta pasando. El día que todos abran los ojos, este mundo podrá ser mejor.
- Maestro, claro que lo entiendo, así como los presentes, pero si de un momento a otro el dinero perdiera su valor todo seria un caos.
- De eso te hablo joven amigo, todos son esclavos del dinero, pero lo peor de todo es que los grilletes de las cadenas no están sujetas en sus muñecas, ni en sus tobillos, sino en sus mentes.
FIN