LA IMPORTANCIA DE
SEMBRAR UNA SEMILLA
Lo que les voy a contar no es un
simple cuento, es una historia real, común, urbana, actual.
Nosotros nos mudamos a un
asentamiento humano llamado San Marcos. Éramos procedentes del distrito de Chilca,
provincia de Cañete al Sur de la ciudad de Lima. Cuando llegamos, el lugar era
un poco desolado, daba un poco de miedo, debido al nivel de delincuencia y drogadicción
que azotaba la zona. Mis padres se mudaron en búsqueda de un mejor trabajo y
oportunidades.
Yo me llamo Ricardo, tenia 4
años, y me acuerdo de ello, por que la verdad no quería venir aquí. Los vecinos
de esta comunidad tenían por habito saludar con amabilidad, sobre todo, los de
mayor edad. No importaba si no los conocías, saludaban por que así era la
costumbre, “buenos días vecino”, “buenos días vecina”, y confieso que se siente
bien, era muy diferente a la ciudad. Mi padre y mi madre, son gente honrada,
inteligente, y les encanta jugar; jugaban conmigo cuando era pequeño,por que no
tuve hermanos, y ellos suplieron esa función.
Pero esa amabilidad aprendida en
esta comunidad nos gusto y queríamos transmitirla a la gente de la ciudad, pero
esta vez, aportaríamos algo, a esta costumbre. Mi padre tuvo la genial idea de
iniciar una campaña, para decir “gracias”, una palabra muy simple, y así
empezamos. Cada vez que comprábamos en la tienda, después que terminaban de despacharnos,
decíamos “gracias”, cuando viajábamos en taxi o en autobús, también decíamos “gracias”.
Como teníamos un pequeño negocio, cada vez que terminábamos de atender a un cliente
le dábamos las gracias. La razón, explicaba mi padre, se debe a que las
ocupaciones, los problemas sociales, y sobre todo, la falta de valores, nos
esta despojando de ser mejores personas. El dar las gracias a quien te provee o
brinda un servicio, o al que te compra un bien o recibe un servicio brindado,
es primordial, por que nadie esta obligado a comprarte cosas o servicios, por
lo tanto cada cliente que llega te hace un favor; así mismo, Un vendedor o
servidor, se puede reservar el derecho de atenderte, por lo que si te brinda un
bien o un servicio, también amerita darle gracias.
Nosotros seguimos por mucho
tiempo con esta campaña, y rindió sus frutos, pasaron unos meses, y en una oportunidad después de pagar un taxi, el chofer nos dió las gracias, tal fue
nuestra sorpresa, que nos miramos a las caras, y dimos las gracias, al unísono.
Fue un momento satisfactorio, porque esa noche estábamos contentos, ya que
nuestra semilla había germinado.
Autor: Ricardo Camacho.
Proyecto de narración - temporada vacacional.
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